Ha comenzado la desescalada, la mayoría del territorio español ya estamos en la Fase I y podemos comenzar a mirar hacia delante con un horizonte más lejano del que estábamos observando hasta ahora.
Ya habíamos percibido, y comentado anteriormente, que los hábitos del consumidor estaban cambiado. Ahora que vamos camino de la recuperación podemos echar la vista atrás y comprobar los efectos que esta crisis sanitaria ha ocasionado en su comportamiento.
Podemos hablar de un consumidor post COVID-19, que como tras cualquier crisis, dará importancia a controlar su gasto y su economía. Sin embargo, y a diferencia de lo ocurrido en 2008, han empezado a aparecer preocupaciones a las que antes no se les hacía tanto caso, a pesar de que siempre estuvieron realmente presentes.
Según los datos obtenidos por Nielsen España y que publicaba Europapress la semana pasada, la salud y la seguridad se han convertido en factores de gran relevancia para los consumidores, sumándose a la ya existente tendencia del consumidor a mostrar cada vez menos lealtad y a hacer de su casa su fortaleza.
Los datos que nos arrojan tras esta crisis colocan al canal online como uno de los más favorecidos. El estudio de Nielsen afirma que, durante el confinamiento, las ventas online se multiplicaron, y destacan que en lo que llevamos de crisis, han aumentado un 86,6%. Más específicamente, en la semana 16, los hogares que habían hecho al menos una compra por internet pasaron de ser 450.000 a casi 1,1 millón. En la semana del 20 al 26 de abril observaron que este canal obtuvo un incremento del 149%.
Otro de los sectores que está viendo un incremento en sus ventas ha sido el de gran consumo, en el cual registraron incrementos superiores al 70%. En la última semana de abril este crecimiento se ha ralentizado, sin embargo, los expertos son positivos y creen que este crecimiento continuará durante el proceso de la desescalada.