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El papel del DirCom de una institución frente a la anterior figura del jefe de prensa

El papel del DirCom de una institución frente a la anterior figura del jefe de prensa

Beatriz González

02/11/2021

marketing y comunicación

El entorno institucional está cambiando. La comunicación corporativa en las instituciones toma cada vez más valor e importancia, la cual no solo debe expresar lo que se pretende transmitir, sino que también debe ir acompañada por actos que lo avalen.

Es por eso que la existencia de una figura responsable de este área es imprescindible para velar por la correcta comunicación de la empresa o institución, y más cuando nos referimos a los asuntos públicos.

A finales de los años setenta la figura del jefe de prensa, encargado de cuidar las relaciones con los stakeholders y los medios de comunicación, comenzó a cobrar fuerza como la evolución de los expertos en relaciones públicas. Esta persona tenía el deber de construir relaciones armónicas y de fomentar las colaboraciones profesionales. Sin embargo, la comunicación continuó evolucionando y a día de hoy las instituciones, al igual que ocurre en la mayoría de las empresas, presentan necesidades más amplias.

Así pues, aunque la figura del jefe de prensa no ha desaparecido, debido a su importancia de comunicación con los medios, sí que ha aparecido un nuevo perfil que va más allá: El DirCom o Director de Comunicación.

Para ser sinceros, y aunque en ambos casos estemos hablando de profesionales encargados de desarrollar la política de Comunicación Corporativa buscando dar una mayor visibilidad a la institución, estas dos figuras no son del todo iguales, existiendo grandes diferencias entre ellos que son las causantes de que dicha evolución natural se haya producido. Una de las principales es el enfoque. Así como el jefe de prensa trabaja mucho en la inmediatez, el actual DirCom realiza un trabajo más a medio o largo plazo.

Otra de las diferencias entre ambas figuras reside en el flujo de la información, la cual el jefe de prensa debe captar desde el exterior para llevarla al seno interno. En el caso del DirCom, el cual se encarga de una manera más completa y global de la comunicación, este ha dejado de ser un narrador para pasar a gestionar recursos que le permitan dotar al mensaje corporativo de sensibilidad, adquiriendo una mayor responsabilidad incluyendo tanto al entorno empresarial como el social.


La figura del DirCom surge de la necesidad de integrar las comunicaciones de manera estratégica de manera que, siendo capaz de vincular a todos los departamentos, trabaje de manera global y desde el entendimiento común en construir un relato coherente entre lo que se dice y lo que se hace. Se trata de un elemento de cohesión de la empresa, y un portavoz que defiende la marca y la imagen corporativa, trabajando en mantener la reputación de la institución. Por esta razón es lógico pensar que el Director de Comunicación dependa directamente del jefe ejecutivo.